Hoy de cuento de forma breve:
- Cómo atender el autismo en la escuela.
- Qué adaptaciones favorecen a las personas autistas.
- Cómo llevarlas a cabo en en el aula.
- Recursos de ejemplo ¡Listos para poner en práctica!
Nuevo curso, nueva adaptación
Como el resto del profesorado, llego a la escuela en septiembre ilusionada, nerviosa y con mil ideas nuevas para llevar al aula.
Por desgracia, en lo que se refiere a autismo en la escuela, la mayoría de mejoras que quiero llevar a cabo se quedan en el tintero por falta de tiempo y, sobre todo, recursos.
Por eso, este curso pensé en hacer un pequeño resumen de pequeñas adaptaciones para atender mejor a las personas autistas. Las 5 que te cuento creo que están al alcance de la mayoría, son fáciles de implementar y harán la vida más fácil al alumnado neurodivergente.
5 adaptaciones para atender el autismo en la escuela
Es importante reconocer que las necesidades de cada persona (adulta o niña) autista pueden variar ampliamente, por lo que las adaptaciones específicas pueden depender de las fortalezas, desafíos y preferencias individuales de cada individuo. Sin embargo, aquí hay algunas adaptaciones generales que pueden ser adecuadas para muchos casos de autismo en la escuela, sobre todo en la etapa de infantil y primaria.
1. Anticipar y estructurar:
El mundo es un lugar difícil de entender para las personas autistas, por eso todo lo que se pueda planeara y prevenir es bienvenido. Esto se puede conseguir anticipando al alumnado de lo que se hará durante el día y avisando de posibles cambios.
En el aula es muy útil tener calendarios y horarios que muestren fácilmente el orden de las actividades del día. Si se crean de manera que se puedan mover (con velcro o blu-tack) ayudará a anticipar posibles cambios en el horario. Si además se incluyen fotografías de las personas que entran al aula será más sencillo para la persona autista adaptarse a los cambios.
Además, es importante dar instrucciones claras y concisas, dividiendo las tareas en pasos más pequeños. Tampoco hay que olvidar dar ejemplos concretos y que las instrucciones no tengan dobles sentidos. Esto puede ayudar a procesar la información de manera más efectiva.
Por ejemplo, en lugar de decir «Cuando acabes el trabajo, podrás jugar» podemos decir «Escribe las 4 palabras y puedes jugar con los coches». Cuanto más concreto sea el mensaje, más fácil será comprenderlo. Si además lo acompañamos de apoyos visuales mejorará la comprensión y evitaremos crisis.
2. Ofrecer apoyos visuales
A pesar de lo que mucha gente cree, utilizar apoyos visuales como imágenes, pictogramas, horarios visuales y diagramas no evita que las personas autistas adquieran lenguaje oral. Tampoco es cierto que sólo se beneficien de estos apoyo los peques no hablantes. Los apoyos visuales puede ayudar a los niños autistas a comprender y anticipar las actividades y rutinas. Esto aumenta su comprensión y rebaja su ansiedad en el aula.
Por ejemplo, yo uso mucho las agendas y carteles ya preparados de arasaac pero se pueden hacer propios.
En mi casa, suelo hacer carteles en Canva a mis peques (como los de esta plantilla). Aunque ellas no tienen problemas para comunicarse verbalmente, les ayuda mucho a procesar y recordar la información.
También es importante no olvidar el apoyo visual a la hora de regular el tiempo. Se pueden usar relojes de arena o temporizadores para que sea más sencillo entender cuanto dura cada actividad y cuando habrá un cambio o transición.
EJEMPLO:
En lugar de decir «En 10 minutos acaba la clase» se puede mostrar un temporizador y decir «Queda este rato de clase. Cuando suene la alarma recogemos y vamos al recreo»
3. Fomentar la autoregulación
La autoregulación es esencial para el bienestar autista. Balancearse, aletear, dar vueltas a un objeto son maneras que tienen las personas autistas para calmarse y minimizar las sobrecargas sensoriales (ya sean auditivas, visuales o táctiles).
Por todo esto, puede ser muy positivo permitir y ofrecer objetos que que promuevan la autorregulación emocional y sensorial. Es interesante hablar con las familias sobre la posibilidad de traer a la escuela objetos que ayuden a los peques a autoregularse, como joyería stim o chewlery. También creo necesario hablar abiertamente en el aula de estos objetos y normalizarlos, con el fin de que las personas autistas no sean reacias a usarlos en el aula.
Tal como expliqué en el artículo sobre stimming, hay mucha variedad de estereotipias y una buena estrategia es tener en el aula mucha diversidad de material para adaptarnos a las necesidades de cada persona.
4. Espacio seguro:
Algunas ideas para este rincón pueden ser:
Juguetes sensoriales: juguetes como pelotas antiestrés, cubos de fidget, juguetes de burbujas, y objetos que ofrecen diferentes texturas y sensaciones táctiles pueden ser útiles para proporcionar una estimulación sensorial calmante.
Mantas con peso: las mantas pesadas pueden proporcionar una sensación reconfortante de presión profunda, lo que puede ayudar a algunas personas autistas a relajarse y sentirse más seguras.
Auriculares con cancelación de ruido: para las personas autistas sensibles al ruido, los auriculares con cancelación de ruido pueden reducir el estrés al bloquear sonidos fuertes o perturbadores.
- Apoyos visuales: se pueden crear carteles que recuerden las normas o que orienten en el uso del espacio. Por ejemplo, en infosal comparten estos carteles que dan muy buenas ideas.
Luces suaves: Las luces suaves o lámparas de lava pueden crear un ambiente tranquilo y reconfortante en el aula.
Zonas de descanso: Un tipi o casita con cojines y colchonetas donde los niños puedan relajarse cuando lo necesiten puede ser beneficioso.
5. Comprensión y formación
Es esencial que los profesionales que trabajan con personas autistas tengan una buena formación y, además, se actualicen de forma continua. En los últimos años, ha habido varios cambios significativos en el paradigma en relación con el autismo. Estos cambios se han centrado en una comprensión más profunda y respetuosa del autismo.
Tal como expliqué en este artículo, el nuevo paradigma de la neurodiversidad, en lugar de ver el autismo como un trastorno que debe ser corregido o curado, se ha desarrollado un enfoque que reconoce que el autismo es una variación natural del cerebro humano y promueve la idea de que todas las personas, independientemente de su neurología, tienen un valor inherente.
Por otro lado, se ha reconocido y valorado más las fortalezas y habilidades que a menudo acompañan al autismo, como el pensamiento lógico, la atención al detalle, la creatividad y el enfoque en áreas de interés particular.
Además, el lenguaje y la terminología relacionada con el autismo han cambiado con el tiempo para reflejar una comprensión más respetuosa y precisa. Desde cambiar la palabra «trastorno» por «condición» al hablar de autismo, a desechar términos obsoletos como «autista de alto funcionamiento» ayudan a que el lenguaje sea más inclusivo y huya de estigmas del pasado.