En este artículo encontrarás respuesta a varias preguntas:
- ¿Qué es el stimming en autismo?
- ¿Es una conducta negativa?
- ¿Cómo ayudamos a las personas autistas a regularse?
Stimming: La razón por la que salto
Seguro que a muchas personas, al oír la palabra autismo, les viene a la mente un niño aleteando, dando saltos o haciendo rodar objetos ¿Verdad? Eso es porque esos niños que suelen llamar la atención son autistas y esos movimientos son su manera natural de regularse.
Tomando prestado el título de un libro que debería leer todo el mundo, has de saber que estereotipia (o stimming en inglés) es un término que se utiliza para describir comportamientos repetitivos o estereotipados que algunas personas realizan de manera autónoma. Se suele asociar a personas en el espectro autista o condiciones relacionadas, aunque también puede presentarse en otras situaciones.
El término «stimming» proviene de la palabra en inglés «self-stimulatory behavior» (comportamiento de autorregulación), que se refiere a una variedad de acciones que pueden incluir movimientos corporales, como balancearse o agitar las manos, repetir sonidos o palabras, hacer movimientos con los dedos o los ojos, entre otros.
Para muchas personas, el stimming es una forma de autorregulación o autocalmado. Puede sorprender o extrañar ver a una persona (sobretodo adulta) haciendo stimming pero vale la pena destacar que realizar estos movimientos no es negativo ni es una conducta que haya que eliminar. De hecho, las estereotipias son muy necesarias, ya que ayudan a lidiar con la ansiedad, el estrés o la sobreestimulación sensorial al proporcionar una salida para la energía acumulada o brindar una sensación de calma.
Muchas personas autistas sufren a menudo sobrecargas sensoriales, debido a que sus sistema nervioso procesa y responde a estímulos sensoriales del entorno de forma diferente. Por ejemplo, pueden ser más sensibles al ruido, la luz brillante, los olores fuertes o las texturas. Además, pueden tener dificultades para reconocer y comunicar sus necesidades sensoriales o para utilizar estrategias de autorregulación efectivas para manejar la sobrecarga sensorial. El stimming ayuda a la regulación sensorial y puede evitar que las sobrecargas sensoriales acaben en un colapso o meltdown.
Tipos de stimming
Estos comportamientos pueden variar significativamente de una persona a otra, pero algunos de los tipos más comunes de stimming incluyen:
Movimientos motores repetitivos: Esto puede incluir agitar las manos, balancear el cuerpo hacia adelante y hacia atrás, dar palmadas o hacer gestos específicos una y otra vez.
Visual: Implica enfocar la mirada en objetos en movimiento, luces brillantes o patrones visuales repetitivos.
Auditivo: Algunas personas pueden disfrutar de sonidos repetitivos, como tararear, vocalizar sonidos o escuchar música en bucle.
Táctil: Comportamientos como frotarse las manos, tocar objetos o texturas específicas, o apretar y retorcer objetos pueden proporcionar una estimulación táctil reconfortante.
Estimulación olfativa o gustativa: Algunas personas pueden disfrutar o buscar ciertos olores o sabores repetidamente.
Oral: Morderse los labios, masticar objetos o chuparse el pulgar son ejemplos de stimming oral.
Estimulación vestibular y propioceptiva: Algunas personas buscan estimulación mediante movimientos de balanceo, saltos o presión corporal.
¿Hay que eliminar el stimming?
Es importante tener en cuenta que el stimming no es necesariamente problemático o perjudicial.
Para muchas personas, es una parte natural de su forma de ser y no debe ser reprimido o desalentado de manera automática.
Con todo, es cierto que hay ciertas estereotipias que pueden llegar a ser un problema en la vida diaria. Ya sea porque son conductas autolesivas o agresivas o porque, en ciertos contextos sociales, pueden resultar incómodas o inapropiadas.
Por ejemplo, que una persona autista que se muerda la piel de los labios o de los dedos hasta sangrar puede resultar negativo. Esto no quiere decir que haya que hacer sentir mal a esa persona o indicarle que deje de hacer stimming. La clave está en redirigir las estereotipias que influyan de manera muy negativa en el día a día. En el caso de ejemplo, se podría sugerir el uso de mordedores específicos para este uso. Existen en una gran diversidad de colores, materiales y tamaños, tanto para personas adultas como para peques.
Objetos para hacer stimming
A continuación, se presentan algunos ejemplos de objetos que pueden ser útiles para hacer stimming en personas autistas:
Pelotas antiestrés: Pequeñas pelotas de goma o silicona que pueden apretarse y manipular en las manos para liberar tensión.
Tangles o torcedores: Son juguetes compuestos de piezas entrelazadas que se pueden torcer y girar de diversas formas.
Cubos de Rubik: Resolver este rompecabezas tridimensional puede ofrecer estimulación táctil y visual.
Chewlery (Pulseras o collares masticables): Joyería diseñada específicamente para masticar, lo que puede proporcionar una estimulación oral reconfortante.
Pompones o pelotas suaves: Objetos suaves y esponjosos que se pueden apretar y frotar.
Lámparas de lava: Proporcionan una estimulación visual calmante a través de los movimientos fluidos y los cambios de color.
Spinner o fidget spinner: Un pequeño juguete con rodamientos que se puede hacer girar entre los dedos.
Masas sensoriales o slime: Masas moldeables y pegajosas que ofrecen estimulación táctil y visual.
Cintas o cuerdas para mover: Pueden utilizarse para moverlas en patrones específicos y proporcionar estimulación táctil y cinestésica.
Cajas de sonidos relajantes: Pequeñas cajas con sonidos suaves y relajantes que pueden escucharse con auriculares.
Joyería para stim: Anillos, pulseras o collares que tienen elementos giratorios que ayudan a calmarse al hacerlos rodar.
Squishy toys : Juguetes de goma que se pueden apretar para liberar tensión.
Pingback: Autismo en la escuela: 5 adaptaciones sencillas para tener un aula auti-friendly - Autista Infiltrada
Pingback: Masking autista o los peligros de un mundo neurotípico - Autista Infiltrada
Pingback: Orgullo autista: no es lo que crees - Autista Infiltrada
Pingback: Burnout autista: cuando la vida te supera ¿Qué puedes hacer? - Autista Infiltrada
Pingback: El autismo adulto: cómo descubrí mi autismo a los 38 años - Autista Infiltrada
Gracias!